HISTORIA DE SEPAHUA
Hablar del distrito de Sepahua es referirse a la comunidad nativa de Sepahua y a la selva del Bajo Urubamba, un área geográfica cuyos habitantes desde tiempos prehispánicos mantenían relaciones comerciales con los andes y el imperio incaico, estableciendo rutas comerciales a través de varaderos (senderos) por los bosques y navegando por el río Urubamba y sus afluentes.
En época de explotación del caucho a fines del siglo XIX comenzó un periodo de abusos hacia los grupos indígenas. Se perseguía, se capturaba y se esclavizaba a seres humanos obligándolos a servir a un patrón y recibiendo malos tratos. Cuando ese periodo finalizó la costumbre de esclavizar a indígenas continuaba por parte de malos hacendados, de esa forma se instituye la comercialización de esclavos en Sepahua como en otras partes de la amazonía.
La creación de la Misión de frailes Dominicos fue uno de los episodios más importantes que se dio en esta zona ya que su objetivo además de evangelizar era de poner orden frente al tráfico de personas que se practicaba. La misión “El Rosario” se creó en Septiembre de 1948. La escuela que crearon ese mismo año fue un medio para conseguir frenar ese tráfico.
Sepahua es hasta nuestros días un modelo ejemplar de convivencia multicultural, de tal modo que cuando se quería reconocer legalmente la comunidad por DL 20653 en 1975, se propuso crear una comunidad por cada etnia. Yines (Piros), Amahuacas y Yaminahuas manifestaron su deseo de convivir en una sola comunidad y no aceptaron tal propuesta. Actualmente conviven en Sepahua otros grupos nativos como Nahuas, Matsiguengas y Asháninkas; además de los colonos que inmigraron de otras zonas del país.
FITZCARRALD EN SEPAHUA
La época del llamado Boom del caucho, que transcurrió entre los años 1880 y 1914, tiene su origen en la demanda mundial del jebe luego de descubrirse el proceso de vulcanización y es conocida como un episodio marcado por abusos y explotación humana hacia los diferentes grupos étnicos de la selva.
Las regiones más ricas en producción se ubicaban en las cuencas de los río Purús (actual región Ucayali) y Manu (actual región Madre de Dios), ambas zonas de muy difícil acceso. El puerto principal de acopio se ubicaba en Iquitos, desde donde salía el producto con rumbo al océano atlántico.
Carlos Fermín Fitzcarrald, natural de la región de Ancash, hijo de un inglés y de una peruana fue un hombre protagonista de grandes expediciones en busca de tan codiciado producto. Su audacia y perseverancia lo llevaron al descubrimiento del istmo por el que se hizo conocido, además la provincia donde se ubica el istmo es denominada Fitzcarrald y pertenece a la región Madre de Dios.
La ruta de los explotadores del caucho seguía los cursos de los ríos Amazonas, Ucayali y Urubamba. Acceder a las regiones caucheras era una empresa de lo más difícil ya que había que atravesar cadenas de montañas siguiendo ríos y quebradas con meandros de lo más caprichosos. En esos trayectos era necesario combinar los viajes por río con trayectos a pie por el monte con el esfuerzo y los peligros que todo eso representa.
Para acceder a la cuenca del río Purús, Fitzcarrald tomaba como vía el río Sepahua y surcando sus aguas alcanzaba a su margen derecha un afluente llamado “Unión” por donde continuaba el viaje con rumbo noreste hasta sus cabeceras, desde donde atravesaba las montañas de sus nacientes por un varadero hasta alcanzar las cabeceras de otro pequeño curso de agua por donde continuaba el viaje cuyo destino final eran los bosques de la provincia del Purús. De esa manera el río Sepahua cobró gran importancia en esas épocas al punto de instalarse en la margen derecha cerca a su desembocadura, un puerto secundario y centro de acopio del caucho. Todas las actividades relacionadas directa e indirectamente favorecieron cierta prosperidad económica en el lugar que se proyectaba como una gran urbe al nivel de otras ciudades como Iquitos.
La vía para acceder al río Manu era el río Mishagua en donde tras llegar al afluente llamado Serjali en la margen izquierda surcaban su curso hasta otros afluentes y de manera similar a la anterior accedían finalmente a la cuenca del río Manu. La zona donde hacían dicho paso es conocido como el “Varadero de Fitzcarrald” también llamado “Istmo de Fitzcarrald”, lugar que cobró fama cuando una expedición suya hizo pasar de una cuenca a otra la lancha denominada “Contamana” a la que hubo que desarmar sus partes y hacerlas pasar por tierra; hazaña que demoró más de dos meses, superando elevaciones de hasta quinientos metros de altura, participando más de mil nativos entre piros y campas, participando además cerca de cien caucheros blancos.
Fitzcarrald murió en un naufragio en un remolino del río Urubamba a la edad de 35 años teniendo en mente proyectos como un ferrocarril, para cuya construcción había ya adquirido los primeros rieles que actualmente se hallan depositados en lo que hoy es la “Colonia Penal Agrícola El Sepa” Siendo un personaje controversial, un gran pionero por unos y un villano más por otros; es un personaje que jugó un papel importante en la historia de toda la amazonía peruana. En Sepahua existe una calle que lleva su nombre; parte del puerto principal (malecón) y se dirige hacia el barrio Nuevo Edén.
RELATOS FANTASTICOS
Aporte del Sr. Segundo Espinoza Sandoval, ex jefe de la comunidad nativa de Puija
El Shapshico (relato Yine): Viene a ser un duende del bosque, es un hombre muy pequeño de aspecto deforme, con una pata diferente de la otra, peludo; que habita en el bosque y es muy temido. Se manifiesta apareciéndose ante las personas cuando van solos por el monte, se dice que en forma de conocidos. Convence a la gente para que lo siga y de esa forma los hace extraviar en el monte.
El abuelo Preshico, un antiguo poblador de la comunidad de Puija ha tenido un encuentro cercano con él. Resulta que un día fue con sus perros a cazar al monte y cuando encontraron un sajino fueron tras él hasta que el sajino se metió en un agujero en la tierra. Al saber esto el Shapshico salió del hueco y preguntó:
- ¿Qué haces molestando a mis animales?
A lo que el hombre respondió
- Necesito alimentarme y quiero llevar algo de carne para mi familia
Entonces el duende le dijo que si quería llevar algo del bosque tenía que someterse a una prueba de fuerza, entonces le propuso que con sus manos arrancara de raíz una hierba que el mismo Shapshico señaló. Para Don Preshico dicha prueba no significó mayor desafío y de un solo tirón lo sacó de la tierra.
Viendo esto el duende le señaló una soga llamada “Itininga” que colgaba de un árbol y lo desafió a que lo sacara de un solo tirón, reto que Don Preshico también cumplió con facilidad.
El duende no lo podía creer, Don Preshico era un hombre fuerte como pocos pero aún así no estaba dispuesto a dejar que se lleve el sajino tan fácilmente y como última prueba se sacó la camisa y le dijo al hombre, buscando llevar a cabo una lucha:
- ¡Ahora vas a probar mi fuerza!
Agarró de las dos piernas a Don Preshico y lo aventó a dos metros de distancia. Don Preshico no aceptaba que un ser tan pequeño fuera a darle un ataque de ese tipo, entonces hizo lo mismo con el duende.
Era increíble la resistencia que tenía Don Preshico tanto que al duende no le quedó otra alternativa que matarlo y estaba dispuesto a hacerlo; señaló la base de un árbol y le dijo a Don Preshico:
- ¡Te voy a lanzar a esa raíz y allí te despedazaré!
Don Preshico reaccionó rápidamente a tal amenaza porque veía muy decidido al Shapshico, cogió su escopeta y de un letal disparo acabó con su enemigo. Tal experiencia había significado para el montaraz una gran conmoción que al instante cayó inconsciente. Era media mañana cuando sucedió ese encuentro y su reacción luego de haberse desmayado se produjo después de las dos de la tarde.
Cuando despertó el hombre vió aun tirado en el piso al duende, había quedado perturbado por el encuentro y para aliviarse aplicó un secreto que sus abuelos le enseñaron:
Cogió unos líquenes y musgos de un palo, los estrujó, los tragó y con un poco se frotó la cara.
El remedio no tardó en hacer efecto. Desde esa vez Don Preshico adquirió una fuerza sorprendente, entre otras cosas era capaz de romper piedras grandes con un golpe. Era el Shapshico quien le dio su fuerza a partir de aquel encuentro, pero a donde iba Don Preshico el espíritu del Shapshico iba con él. Todo el tiempo lo seguía molestando su tranquilidad y finalmente un día el espíritu del Shapshico terminó por matarlo.
Un día cuando el hombre fue al monte a hacer sus necesidades, escuchó sonidos en la hojarasca y al levantar la mirada se encontró con un ser con un aspecto de lo más horrible. Del susto experimentado Don Preshico quedó tan alterado muriendo apenas llegó a su casa.
El pez saltón (relato Yine): El saltón es un pez tipo bagre de los más grandes y espectaculares que hay en la amazonía peruana. Su captura representa uno de los más grandes desafíos para los pescadores.
Esta historia que es verídica tuvo lugar en el rio Madre de Dios, donde había una comunidad de Yines (Piros) y una de las familias tenía un sirviente Asháninka que gustaba de ir a pescar y a cazar. Una mañana, dicho sirviente cogió una escopeta con la finalidad de traer algunos monos y aves; cruzó el río Madre de Dios a pie que como era usual en verano tenía bajo caudal, se internó en el bosque y a la media hora regresó trayendo el mitayo.
La familia Yine veía con satisfacción cómo el montaraz venía cargando las presas hacia la caza. Pero al momento que cruzaba el río, la familia vió preocupada cómo un pez saltón venía moviendo la cola y le pasaron la voz diciendo:
- Ahí viene un pez saltón! Ya te va a comer!
El sirviente al mirar se dio cuenta que el saltón está a solo un metro de distancia y no se le ocurrió más que arrojar el mitayo delante del saltón procurando que éste los coma y así tener oportunidad de huir. Lamentablemente su plan fracasó, el saltón de un cabezazo le hizo caer al agua, perdiéndose las cosas que llevaba como su escopeta; y siendo el hombre tragado por el enorme pez que medía más de cuatro metros de largo por casi un metro de altura.
El pez se retiró a un sector del río donde era una gran poza y se encontró ahí con un zúngaro*, a la sombra de un arbusto llamado “Yacushimbillo”, éste arbusto tiene las ramas muy cerca a las aguas. El Asháninka antes de sentir la asfixia dentro del estómago del pez, recordó que tenía un cuchillo y cortándole las entrañas logró salir. Aprovechando las ramas del Yacushimbillo cercanas al gua se agua, se agarró de ellas como un mono queriendo abandonar el río. El zúngaro al verlo salir dio un salto fuera del agua y casi lo coge del pie pero finalmente logró trepar el arbusto y desde arriba miraba a los dos peces.
Sus patrones fueron a su encuentro con un bote y lo recogieron. El sirviente tenía rasgaduras de piel en varias zonas de su cuerpo, sobrevivió al ataque del pez pero en dos días murió.
*Zúngaro: Un bagre grande bastante común pero de menor tamaño que el saltón.